El pasado viernes, a las 23:59 horas, finalizaba el plazo para terminar todas las tareas de la 4ª edición de ‘Fundamentos sobre la igualdad de trato y la no discriminación’, la experiencia de aprendizaje dinamizada del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP). Era el plazo señalado para finalizar la evaluación por pares del reto 3, para insertar los últimos puntos en el mapa colaborativo de la edición y, también, para entregar la Tarea del Módulo 4, una tarea que, a pesar de ser voluntaria, ha sido elaborada y presentada por 550 personas.
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El reto del módulo 4 planteaba un ejercicio de introspección para dar respuesta a la pregunta ¿qué puedo hacer yo, como empleada o empleado público, para impulsar la igualdad de trato y la no discriminación? Y, como no podía ser de otra manera, las respuestas y las propuestas han sido muy variadas.
Tenemos, por un lado, quienes han hecho una reflexión personal y nos hablan, de forma general, de equidad, de ampliar nuestras miras, de desarrollar la empatía, la concienciación y la sensibilización para detectar estereotipos, de educar desde la niñez y de fomentar los programas de formación y de capacitación continua. Pero también ha habido personas que han concretado sus propuestas en temas como la comunicación (sobre el lenguaje inclusivo, la relación entre discapacidad y lenguaje, la formación en lenguaje de signos), las competencias digitales (reducción de la brecha digital, o la tecnología al servicio de la inclusión) o, incluso, la contratación, la selección de personal o el sindicalismo.
También hemos leído propuestas relativas a colectivos específicos (museos, centros penitenciarios), e, incluso, a puestos de trabajo concretos. Y, sobre todo, hemos encontrado listados de acciones que, independientemente del número de puntos en que se organicen, pretenden ofrecer medidas propuestas para impulsar la igualdad de trato y la no discriminación en las Administraciones públicas. Te dejamos algunos ejemplos: las reseñadas en su diario de aprendizaje por María; las ‘pequeñas aportaciones’ de Vanessa; los decálogos de Yolanda y de Inmaculada; los nueve puntos destacados por Elisabet; o los ocho de María Aurora, Gloria o Javier.
Por otro lado, hay quienes se han animado a explorar su vertiente más creativa respondiendo a la propuesta que en la plataforma se ha denominado genéricamente «Arte por la igualdad». La semana nos deja trabajos visuales como collages (como estos de María, Elena, Carlos, Victoria, Almudena, Catalina o David); dibujos y carteles (Paula, Zoila, José Claudio, Beatriz, Mikel o Yadia). Pero también muchas narraciones: Clara, En un pequeño pueblo, El reino de Elysium, Un grano “sí hace granero”, La libélula de alas violeta, Los zapatos de mamá; algunas de ellas, en forma de cuento infantil: El bosque de la armonía, La patita Rita o La maldición de la pequeña brujita.
Pero, sobre todo, la cuarta semana de AprendeDiversidad nos ha dejado muchas, muchas poesías relacionadas con la temática de la experiencia de aprendizaje: Poema de mi puño y letra, Sinfonía de la igualdad, Creciendo juntos, Bendita sociedad, Elaborando nuestra bandera, En la diversidad nuestra fuerza se anida, Oda por la igualdad, Poesía a la igualdad en el INE, El faro de la esperanza, El mundo es de todos, Igual no da, Caminante sin piernas, En un mundo de luces y sombras, La igualdad como base de la vida.
Y, hablando de poesías, tal vez de apetezca leer esta ‘poesía en forma de aprendizaje’ de Susana; este resumen poético de la experiencia de aprendizaje que ha redactado Jesús o estas frases ‘llenas de arte’ creadas por la Inteligencia Artificial a petición de Jorge.
Pero la semana también nos deja la satisfacción de Beatriz; la inspiración de Lorena (por el propio curso y por todos los compañeros de viaje); los agradecimientos de Matilde, Noelia, Dolores o Amelia; las reflexiones de Álvaro; o las menciones a los encuentros en directo -que, en palabras de Elena “te ponían la piel de gallina”-, en la ‘libreta de notas’ de Rocío.
Han sido cuatro semanas llenas de reflexión y de aprendizaje compartido que, como en el caso de Jesús, han permitido abrir muchas miradas. Es posible que, como señala Mercedes, participar activamente en esta experiencia de aprendizaje pueda ser el primer paso para cambiar las cosas y tal vez por eso Jesús tenga claro que, para cambiar las cosas en su centro de trabajo, animará a sus compañeras y compañeros a apuntarse en próximas ediciones. Porque, en definitiva, son las personas de a pie las que realmente cambian el mundo, cada aportación importa, y, como señala María Mercedes en su reflexión final, ponerte estas gafas, no puede ser más que el principio de algo bueno.
Y a ti, ¿también se te han hecho cortas estas cuatro semanas?, ¿todavía quieres más? Pues tal vez te apetezca echar un vistazo a los relatos de Inés, Óscar, Aleix, Consuelo, Lara, Claudia, Victoria; a la ‘Curiosa anécdota’ de Eva; la narración de la jornada de trabajo que cambió el rumbo laboral de María Ángeles; la “Carta a mi abuela” de Inmaculada; el “Cuento rimado” de Aurora, o a las poesías de Laura, Álvaro, Jesús, Natalia, Alberto, María, Bernardo, María, Álvaro, María Jesús, Fran, Isabel, Gabriel o Rocío (que escucha la suya como si fuera un rap).
Y, si todavía quieres más, tal vez te apetezca volver a repasar los eventos en directo de esta y de las pasadas ediciones de #AprendeDiversidad, puedes encontrarlos todos, también el evento fin de fiesta del pasado miércoles, en el Canal de YouTube del INAP.
De momento, aquí tienes el vídeo de resumen y despedida de esta cuarta edición.
Recordad que, a la espera de una quinta edición, la conversación sigue viva en X/Twitter, a través de la etiqueta #AprendeDiversidad. ¡Nos leemos en las redes!